La modernización de aplicaciones debe llevar asociado un cambio de mentalidad para materializar la transformación

La pandemia del COVID-19 cambió radicalmente el marco operativo de las organizaciones. Se produjo un punto de inflexión y de no retorno: la transformación digital de los negocios. En este viaje- en el que sólo 1 de cada 4 empresas españolas están muy avanzadas o totalmente a la vanguardia, según el estudio “Adaptación Digital 2022” de IEBS Business School-, Cognizant se posiciona como la empresa número uno en modernización de aplicaciones y transformación digital. Javier Barroso, máximo responsable de Digital Experience & Engineering de Cognizant para el Sur de Europa, analiza la situación actual de este proceso en el debate organizado por DirectorTIC.

La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 hizo que se aceleraran planes de digitalización que ya existían en las empresas. No obstante, la premura que exigía el momento para la continuidad del negocio hizo que, en mucho casos, “se adoptara un modelo ‘apaga fuegos’ más que un modelo sostenible y que evolucionara a futuro”, sostiene Barroso. Con este precedente, Cognizant trabaja ayudando a los clientes a transformarse de una forma más sostenible corrigiendo los errores que se cometieron durante la pandemia. En este sentido, Barroso reclama la necesidad de asumir un cambio de mentalidad de la empresa junto con ese proceso de modernización de aplicaciones que ayude a transformar las aplicaciones para soportar la experiencia que demandan los clientes. “No siempre cambiar una app significa que estés adaptando tu modelo de negocio a un nuevo modelo”, afirma. El uso de contenedores o de Cubernet es un claro ejemplo: “Creer que por trasladar una app a estos contenedores o trabajar en un entorno Cubernet va a resolver los problemas de dimensionamiento o hacer un time to market más rápido es un error. Nos pueden ayudar, pero siempre hay que hacer un trabajo previo de análisis/identificación de cambios que deberíamos hacer en estas apps para sacar todo el beneficios de estos sistemas. Sin este planteamiento sólo extendemos el problema de un entorno físico a uno virtual, pero no hacemos un transformación real de las aplicaciones”. En este punto, Barroso revindica el papel del CIO, pues se ha convertido en un pieza estratégica en este proceso, pasando de tener un papel de suministrador de herramientas a ser una parte clave a la hora de influir en la empresa para adoptar estos cambios.

En la actualidad, Barroso explica que hay dos vías para modernizar las aplicaciones. Una es la hiper-personalización, seguido principalmente por las empresas de tamaño mediano y grande, que crean su propio ecosistema, y otra, los marketplaces, con más adeptos entre las empresas más pequeñas, pues permite retirar de manera gradual las aplicaciones desarrolladas in-house y utilizar otras más estándar.

En ambas, la convivencia con sistemas legacy es el principal desafío. “No hay que olvidar-recuerda Barroso- que antes era un coste oculto y hoy está muy bien identificado”. En esta partida se incluyen no sólo las aplicaciones legacy, sino también la infraestructura, mantenimiento, costes de producción, resolución de los problemas actuales e, incluso, la adaptación de esas apps legacy a las necesidades actuales. Barroso explica que “es crucial saber cuánto supone hacer esa modernización en ese punto y si es el momento de hacerla”. Cognizant apuesta por que esa transformación es necesaria, pero recuerda, en palabras de Barroso, que “hay que hacer una buena evaluación de cuándo es mejor para las necesidades de nuestro cliente y adaptar esa necesidades con el tiempo que tiene para cubrir las necesidades de sus clientes”.